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CASAS
Tomaremos como modelo para la descripción las casas de la época homérica, a principios del siglo XII. Las casas se realizaban con ladrillos de adobe. En la fachada se situaba la puerta de entrada y algunas ventanas pequeñas. Tras la puerta de entrada se encontraba un porche (prothyron), que daba a un patio (aule). En este patio solía haber un altar dedicado a Zeus y una columnata (prostoon). Desde el patio se accedía a las demás estancias de la casa , cocina, baño, dormitorios, almacenes y talleres. El suelo normalmente era de tierra batida. No tenían sistema de calefacción, se calentaban con un hogar de piedra que podía situarse en el suelo o en un brasero. No existía el alcantarillado, se usaban pozos y cisternas que recogían el agua de lluvia.
Sus muebles eran sencillos. Una pieza muy importante era el sofá (kline), que utilizaban para comer y para dormir. En las cómodas (kiboros, larnax) guardaban las prendas de vestir y la ropa de cama. Además tenían sillas o taburetes (diphros, threnys) y unas mesas pequeñas y portátiles de tres patas (trapeza).
COMIDAS
Durante la época arcaica los griegos dividían sus comidas de forma similar a la que actualmente usamos. Primero tenían un equivalente al desayuno en una comida temprana (ariston); una comida principal al mediodía (deipnon); y una comida al final del día (dorpon).
Autores antiguos como Homero nos transmiten en sus escritos costumbres culinarias. Según él: los héroes, tras la batalla, comían gran cantidad de carne asada acompañada de vino. Sin embargo curiosamente en Grecia abundaba el pescado y escaseaba la carne. Una comida común estaba compuesta por pan, con queso, miel o pescado.
La dieta de los griegos estaba compuesta por pescado, carne de granja y caza, embutidos y vegetales. El aceite de oliva era de uso habitual. El vino era su bebida y normalmente se mezclaba con agua. Para endulzar usaban la miel.
VESTIDOS
Las prendas de vestir eran muy simples. Se confeccionaban en las propias casas a partir de una tela de forma rectangular de lino y lana. Las prendas de la cabeza eran poco utilizadas. Como calzado usaban sandalias, zapatos y botas realizadas en cuero.
Estaba el chiton, prenda interior en forma de túnica que usaban tanto las mujeres como los hombres. Esta prenda se realizaba doblando la tela y sujetándola a los hombros. No tenía mangas, llegaba hasta las rodillas y se añadía un cinturón a la altura de la cintura. Además la mujeres tambien utilizaban túnicas largas, con mangas que les llegaban hasta los codos.
Una pieza fundamental era el himation o capa. Estas capas tenian una doble función, ya que por la noche tambien se utilizaban de manta. En ocasiones se usaba el himation solo, sin túnica. Esta práctica era señal o de pobreza o de ascetismo.
Otra prenda muy popular era la exomis, una túnica de trabajo. Ésta se sujetaba solamente en el hombro izquierdo y dejaba el hombro derecho al descubierto.
El peplos define en general a una prenda larga. Pero fundamentalmente se usa para un vestido femenino parecido a una prenda oriental masculina.
Los chlamys eran utilizados por los caballeros, se trata de una capa corta.
A los efebos generalmente se les atribuye el uso del petasos. Se trata de un sombrero de ala ancha, realizado con fieltro, que se usaba como protección contra el sol.
Los trabajadores usaban el pilos, un gorro circular, sin alas, confeccionado con fieltro.
SEXUALIDAD
La sociedad griega fue fundamentalmente heterosexual. El matrimonio era considerado más un contrato de bienes, que un contrato de sentimientos. Sobre la institución del matrimonio se sustentaban vínculos, políticos, sociales y económicos.
Los atenienses se casaban preferentemente en invierno, ya que en esa época el trabajo del campo era menor. En primer lugar se realizaba un sacrificio en honor de los dioses del matrimonio, Zeus y Hera . La novia entregaba un mechón de su cabello. Después los contrayentes se bañaban en aguas traídas de la fuente de Calírroe, una fuente de Atenas. Al llegar la tarde, el novio, acompañado de un amigo, llevaba a la novia en un carro de la casa paterna al nuevo hogar. En este trayecto eran precedidos por una comitiva de amigos con antorchas que cantaba el Himen o Hymeneio, canción de boda. Ya en la nueva casa, la novia, con el velo puesto, era conducida al interior por su suegra. Allí los novios eran agasajados con dulces. Finalmente cuando los novios pasaban al lecho nupcial los amigos cantaban el epitalamio, himno nupcial.
Durante el periodo arcaico, hubo un momento en el que las clases altas practicaron abiertamente la homosexualidad. Este estado fue propiciado por aquellas costumbres de las que las mujeres se veían excluidas. Los gimnasios, donde los hombres se adriestaban desnudos. Los banquetes, solo para hombres, donde se ejercitaba la poesía amorosa y la camaradería en el campo de batalla.
La relación más común se producía entre un hombre de cierta edad, el erastes o amante, y un adolescente de la misma clase social, el eromenos o amado. El vínculo que surgía entre ambos podía ser físico o romántico y finalmente desembocaba en una amistad. Ya que estas relaciones a largo plazo no eran bien vistas. De la homosexualidad femenina existen menos testimonios. Es célebre la homosexualidad de la poetisa Safo de Lesbos. Pero esta mujer, gozaba en su patria natal de una libertad que no tenían las griegas de su tiempo. El ejercicio de la prostitución homosexual era repudiado. La prostitución heterosexual, sin embargo, en ocasiones proporcionaba a las prostitutas un estatus que no hubiesen logrado con su condición de mujer.
LEYES
Durante el siglo v a. de C. la administración de la justicia fundamentalmente se sostenía sobre el pueblo. Existía una boule (consejo) que ejercía la ley en los casos de los delitos de los funcionarios y las faltas contra el estado. El Areópago seguía juzgando los delitos de sangre e incendios. Los casos de poca importancia, eran juzgados por un tribunal al que llamaban los cuarenta. El resto de los delitos eran competencia de los tribunales populares.
Los cuarenta trataban usualmente casos de deudas, contratos, etc. Si los afectados no estaban de acuerdo con la decisión podían acudir a los tribunales populares.
Para los tribunales populares, a principios de año, se confeccionaba una lista de 6000 voluntarios. De aquí se sacaban los miembros de los tribunales por medio de sorteos. Los individuos debían ser varones, mayores de 30 años. Los tribunales estaban compuestos por un numero impar de personas, para evitar los empates. En cada juicio se utilizaban varios cientos de jueces, como prevención contra los sobornos. Acusador y acusado exponían personalmente sus casos ante el jurado, aunque estaba permitido que consultasen a expertos en derecho o incluso que les escribiesen los discursos.
Había dos urnas, una para depositar los guijarros de absolución y otra para los de condena. Si el imputado era condenado, acusador y acusado proponían un castigo, después los miembros del jurado elegían por medio de votación. Los castigos podían ser muerte, prisión, destierro, anulación de ciudadanía, confiscación de propiedades o multas. Las decisiones de estos tribunales no podían ser apeladas.
LA MUJER EN GRECIA
A pesar de la impresión que podamos sacar a través de los personajes mitológicos femeninos, que parecen gozar de cierta independencia, en realidad, en la Atenas democrática, la mujer tenia gravemente restringidos sus derechos. No podía participar en el gobierno de la ciudad, ni tenia ninguna clase de derechos políticos. La ley apenas la respaldaba. Su matrimonio era concertado por el cabeza de familia masculino. No podía heredar posesiones. En el caso de que ella fuera la heredera natural, su herencia le sería entregada al pariente masculino más próximo. Para hacerse con la herencia, el optante debería casarse con la heredera repudiando a su esposa, en el caso de que en se momento se encontrase casado. La mujer vivía recluida en su casa. Dentro de los hogares había habitaciones especificas para las mujeres. Si abandonaban la casa lo hacían acompañadas de un esclavo.
Sin embargo en la religión ostentaban un importante papel, tanto en los ritos familiares, como en las festividades públicas. Las extranjeras y las esclavas frecuentemente eran tomadas legalmente como concubinas. A veces se convertían en prostitutas. Éstas últimas gozaban de una libertad que no tenían sus conciudadanas. Solían ser mujeres formadas y con algún control sobre sus propiedades.
SACRIFICIOS Y MISTERIOS
Los sacrificios eran la forma que los antiguos griegos tenían de honrar a sus dioses e incluso, más tarde, a sus muertos. Estos rituales podían ser incruentos o cruentos y privados o públicos.
Ofrendas incruentas - En éstas se ofrecían frutas, vegetales, miel, queso, tortas, aceite. Se llamaban libaciones a las ofrendas de líquidos. Normalmente se ofrendaba vino sin mezclar, aunque en ocasiones también se depositaban otros líquidos como leche o agua pura.
Estas ofrendas podían ser quemadas o simplemente depositadas en el altar. En Atenas al principio de la celebración, se vertían tres libaciones en el suelo en honor de Zeus, de los dioses del Olimpo y de los héroes.
Ofrendas cruentas - La forma más popular de ofrenda a los dioses era el degüello e incineración de un animal domestico. El animal era elegido con cuidado, a menudo tenía características especiales, según a quién fuese sacrificado. El color claro se reservaba para los dioses celestiales y los oscuros para los dioses de los muertos.
Los participantes se situaban en torno al altar. Se vertía agua en sus manos y con una plegaria se lanzaban granos de cebada sobre el altar y el animal. El verdugo cortaba unos pelos del animal y los arrojaba al fuego. Tras el sacrificio, los huesos y la grasa del animal se quemaban en honor a los dioses. Se lanzaban también tortas y vino que avivaba el fuego. Una vez terminado este ritual se cocinaba la carne del animal sacrificado y se realizaba un banquete con él.
El sacrificio de un toro era el mayor signo de respeto, pero habitualmente se sacrificaban ovejas, cabras o cerdos. En ocasiones se sacrificaban centenares de animales, en cuyo caso, el sacrificio recibía el nombre de hecatombe.
Los sacerdotes eran los encargados realizar y dirigir los rituales. Eran nombrados en asambleas, igual que los políticos. El sacerdocio no era una forma de vida, raramente se concedía a perpetuidad. Normalmente era una ocupación que se realizaba en cierta época de la vida y proporcionaba prestigio. El celibato no solía ser un requisito. En Atenas, la sacerdotisa de Atenea era una mujer de edad que había dejado atrás su sexualidad. Para ser sacerdote no se necesitaba una preparación especial, con excepción de los sacerdotes dedicados a los misterios.
Los misterios eran cultos secretos. Ciertas familias tenían sacerdocios hereditarios dedicados a la correcta realización de los misterios, como la sacerdotisa de Atenea en Atenas o los misterios de Eleusis. Estos cultos solo eran conocidos por los iniciados. A estos iniciados se les prometía felicidad tras la muerte.
Los misterios de Eleusis, dedicados a Demeter y a Perséfone son los mejor documentados. El sacerdocio de estos misterios estaban en manos de dos familias, la de los Eumólpidas y a la de los Cérices. Los misterios tenían lugar en la época de la siembra.
El sacerdote daba comienzo a los ritos expresando que ni asesinos, ni bárbaros podían participar. Tras esto había un baño purificador en el mar. Después cada participante sacrificaba un lechón. Los objetos sagrados se llevaban en procesión a través del camino sagrado. Los siguientes días se dedicaban al ayuno. Finalmente los iniciados tomaban kykeon, agua de cebada con poleo. En la sala de iniciación de Eleusis el sacerdote mostraba los objetos sagrados. Parece ser que después los iniciados pasaban a un vestíbulo donde permanecían unos momentos a oscuras, hasta que una luz repentina surgía anunciando el nacimiento de un niño divino, que daba paso a un estado de algarabía general.
JUEGOS
Surgen en el siglo VIII a. de C. Podemos distinguir dos clases de juegos, los religiosos donde los participantes ganaban una corona y aquellos en los que se ganaba un premio en metálico.
Los segundos podía celébralos cualquier ciudad, en honor de reyes y personas de gran importancia. De los primeros existían cuatro grandes convocatorias que eran denominadas, el circuito: los juegos olímpicos, los píticos, los ístmicos y los nemeos.
Juegos Olímpicos - Eran los juegos más importantes. Se celebraban en Olimpia cada cuatro años, como parte de las fiestas en honor a Zeus. Las competiciones duraban cinco días. Estos juegos se celebraron interrumpidamente desde el 776 a. de C. hasta el 261 d. de C., que fueron abolidos por el emperador Teodosio. El vencedor ganaba una corona realizada con ramas de un olivo del recinto sagrado de Zeus. A veces también se le compensaba económicamente.
En el siglo VIII había tres pruebas: carreras de pie, pentatlón y lucha libre. En el siglo VII existían además: carreras de carros, carreras de caballos, boxeo y pancracio. Durante el 520 a. de C. se incluyó la carrera con armadura.
A estos juegos se les adjudicaba un origen mítico. Según unos, los inauguró Pélope tras vencer al rey Enomao de Pisa. Aunque estaba más extendida la creencia de que los fundó Heracles. En esta versión, el héroe habría plantado el olivo sagrado del que se sacaban las ramas para la corona del vencedor.
Juegos Píticos - Seguían en importancia a los olímpicos. Se realizaban en Delfos en honor a Apolo. Tradicionalmente se celebraba durante ellos una competición musical de himnos a Apolo. Se celebraban en el tercer año de cada olimpiada.
Juegos Ístmicos - Estaban dedicados al dios Poseidón. Tenían lugar en el istmo de Corinto, y se convocaban en el primer y tercer año de cada olimpiada.
También a éstos se les concede un origen mítico. Según unos fueron fundados por Sísifo en honor de Melicertes. Según otros los fundó Teseo, el héroe nacional ateniense, para conmemorar sus aventuras de Trecén a Atenas. Probablemente se instituyeron para conmemorar la independencia de Grecia respecto a Filipo V de Macedonia.
Juegos Nemeos - Las primeras noticias que se tienen de ellos vienen del 537 a. de C. Tenían lugar el segundo y el cuarto año de cada olimpiada. Se situaban en el santuario de Zeus en Nemea. Al ganador se le concedía una corona de apio silvestre.
Mitológicamente se adjudicaba su origen a Heracles, para conmemorar la muerte del león de Nemea. O por los siete contra Tebas en honor de Ofeldes.