Como siempre, no podemos dejar de advertir al lector, que intentamos escoger las leyendas que mejor nos proporcionen una imagen conjunta coherente, aunque lo normal es que existan numerosas variantes más sobre cada mito, que no son menos validas que las nombradas aquí.
Dicho ésto vamos ahora a dedicar un espacio especial para Ulises u Odiseo. Pues Odiseo es el nombre que a este héroe le dieron los griegos y del cual deriva el nombre del libro que le ha hecho celebre, "La Odisea" de Homero. Ulises fue el nombre que le dieron los romanos y aunque con él se le conoce habitualmente, nosotros utilizaremos el de Odiseo. Esto se debe a que como ya pasó con Heracles y Hércules, estamos reproduciendo la mitología griega, no la romana, que apenas si es algo más que un reflejo de la griega.
Odiseo ha pasado por ser el prototipo de hombre juicioso y prudente (durante el sitio de Troya se distinguió como un valiente guerrero y un hábil diplomático). También aparece como el más humano de los héroes helenos, compaginando una faceta cobarde (intentando zafarse de la guerra troyana) y vengativa (tomando represalias contra Palamedes por obligarle a participar en la guerra de Troya), con otra de astuto (idea el caballo de Troya), valiente y esforzado (su azaroso regreso a Ítaca).
Normalmente se le considera hijo de Laertes y de Anticlea. Una leyenda relata como Odiseo nació en el monte Nérito de Ítaca, durante una tormenta. Los partidarios de esta versión dan explicación al nombre de Odiseo con un juego de palabras en las que Odysseus significaría, "Zeus llovio sobre el camino".
Otros creen que el padre de Odiseo realmente fue Sísifo, debido a que Anticlea se unió a él, antes de sus esponsales con Laertes. Esto ocurrió gracias al beneplácito de Autólico, que deseaba tener un nieto tan sagaz como Sísifo. Este mito ofrece otra explicación al nombre de Odiseo, ya que Odiseo se asemeja a odioso y Sísifo, debido a la astucia con la que engañaba a dioses y a hombres, se había hecho odioso para muchos. En esta versión, el héroe habría nacido en una ciudad de Beocia llamada Alacómenas, en su recuerdo Odiseo puso este nombre a una población de Ítaca
Algunas tradiciones lo consideran discípulo del Centauro Quirón.
Participó con su abuelo Autólico en una cacería en el monte Parnaso, en ella un jabalí le hirió dejándole una cicatriz gracias a la cual fue reconocido a su regreso a Ítaca, tras la guerra Troyana.
Acudió a Mesenia como emisario para pedir una compensación por unas ovejas que habían sido robadas.
En Lacedemonia es huésped de Ífito. Con él intercambia regalos de buena voluntad. Odiseo le da una espada y una lanza e Ífito, le entrega el arco con el que años más tarde Odiseo mata a los pretendientes de Penélope, después de su regreso de Troya.
Durante un viaje a Éfira, Odiseo intenta que Ilo le proporcione uno de sus famosos venenos para sus flechas. No lo consigue aquí, pero sí en Tafos, donde le provee Anquíalo.
Una vez que Odiseo llega a la edad viril, Laertes le entrega el trono de Ítaca. Nuestro héroe pasa a ser un soberano rico, justo, hospitalario y respetuoso con los dioses, en especial con Zeus y Atenea. Esta ultima será su constante bienhechora.
Como casi todos los caudillos griegos, Odiseo solicita la mano de la bellísima Helena. Pero desanimado al ver la cantidad de pretendientes, renunció a Helena en favor de una prima de esta, Penélope.
Deseoso de granjearse la amistad de Tindáreo, aconsejó al rey que exigiese a los pretendientes que hiciesen un juramento en virtud del cual todos se comprometían a respetar la elección de la novia y a ayudar al novio contra quien se la disputase. Dándose cuenta Tindáreo, que este juramento le pondría a salvo de la ira de los numerosos desdeñados, aceptó de buen grado y en agradecimiento se le concedió la mano de Penélope. Finalmente el Atrida Menelao fue el elegido por Helena.
La unión de Odiseo y Penélope dio como fruto a Telémaco, que aún era un infante cuando corrió al noticia del la huida de Helena con Paris a Troya, llevándose parte de los tesoros de Esparta.
Menelao y Palamedes recorrían Grecia reclutando, para una expedición contra Troya, a los antiguos pretendientes de Helena, ligados por el juramento ideado por Odiseo.
Odiseo disgustado con la idea de partir a la guerra, puso en marcha un plan para que creyéndole loco, le dispensaran de acudir a Troya. Todos los días el héroe araba la playa y plantaba sal en los surcos. Pero Palamedes intuyendo la treta, puso al pequeño Telémaco delante del arado. Odiseo desvio la trayectoria de arado para no herir al niño y así se descubrió su artimaña.
A partir de entonces participó de forma activa en los preparativos de la expedición. Actuó como emisario reclutando más caudillos griegos. Acompañó a Menelao a Delfos para consultar el oráculo. También fue a Troya como embajador solicitando la devolución de Helena y los tesoros robados.
En Delfos el oráculo había predicho que la ciudad no seria tomada sin Aquiles. Pero Tetis, la madre de Aquiles, sabedora de que su hijo no regresaría de esta guerra, había ocultado al muchacho disfrazado de mujer con el nombre de Pirra, en la corte del rey Licomedes. Durante su estancia, Aquiles engendró junto a Deidamía, a Pirro, que más tarde fue llamado Neoptólemo.
Para descubrir a Aquiles, Odiseo se disfrazó de mercader y entró en los aposentos de las doncellas. Mientras las muchachas revolvían la telas, Aquiles se fijó en las armas, con lo cual descubrió su verdadera personalidad.
Una vez reunido el contingente aqueo bajo el mando supremo de Agamenón, hubo una primera expedición que desembarcó en Misia. Las razones del desembarco pudieron ser que los aqueos no conocían el camino a Troya o que deseaban destruir a los misios, posibles aliados de los troyanos. El caso es que los misios con Télefo a la cabeza, infligieron un grave daño en las filas aqueas y el desastre pudo haber sido total si Aquiles no hubiese herido en un muslo a Télefo. Al abandonar las costas misias, una tormenta desperdigó las fuerzas griegas que quedaban.
Tras la fallida expedición, ocho años más tarde los griegos reunieron un nuevo ejercito en el puerto de Áulide. Allí acudió Télefo, cuya herida no curaba, para pedir ayuda pues un oráculo le había revelado que la herida solo la curaría lo que la había herido. Fue Odiseo quien interpretó que era la lanza que le infligió la herida, y no el propio Aquiles, quien podía curarle. Una vez sanado, Télefo les indicó el camino de Troya.
Durante el trayecto Odiseo, con o sin la ayuda de Diomedes, según las distintas versiones, mata al rey Filomelides de Lesbos.
En una escala que hicieron en Lemnos, Odiseo y Aquiles se enzarzan en una disputa. Agamenón toma la riña como un buen presagio, pues el oráculo había predicho que Troya caería cuando la discordia apareciese en tropas aqueas.
Antes de desembarcar en tierras troyanas, los aqueos aún enviaron otra embajada desde Ténedos solicitando la devolución de Helena, junto a los tesoros que ella y Paris se habían llevado de Esparta. Lejos de atender la petición, Menelao y Odiseo tuvieron que salir huyendo, pues Antímaco, sobornado por Paris excitó al pueblo contra la embajada aquea. Si pudieron salvarse, fue solo debido a la intervención de Antenor. Después de este episodio, la guerra fue ya inevitable.
Diez largos años duró el asedio de los aqueos a la ciudad de Troya. Durante el sitio, Odiseo se condujo con prudencia y valentía. Fue apreciado como consejero y como embajador.
Encabezó la comitiva que puso paz entre Agamenón y Aquiles. Enfrentados porque, para que cesara la peste que Apolo había mandado a los griegos, Aquiles había obligado a Agamenón a devolver a la esclava Criseida. Odiseo fue el encargado de llevar a Criseida con su padre, el sacerdote de Apolo ,Crises.
Reprimió el motín que Tersites intentó alzar entre los soldados contra los generales griegos, hartos los soldados de los largos años de lucha sin ningún resultado.
Concertó junto a Agamenón, el combate entre Menelao y Paris. Este enfrentamiento debiera haber decidido la guerra, pero en el ultimo momento Afrodita salvó a Paris envolviéndole en una niebla que le permitió huir.
Acudió a Delos solicitando de Anio la ayuda de sus hijas para abastecer al ejercito griego. Ya que las hijas de Anio tenían el poder de producir cuantos cereales, aceite y vino quisieran.
Como el adivino Calcante comunica, que la ciudadela no será tomada sin las armas de Heracles, que estaban en poder de Filoctetes, acude a la isla de Lemnos a recoger al héroe, que había sido abandonado allí por instigación del propio Odiseo.
También Calcante, revela que solo Heleno conoce los oráculos secretos que protegen Troya. Por lo que Odiseo captura a Heleno, que se había refugiado con Crises en el templo del Apolo Timbreo tras una disputa con Príamo. Heleno descubre a los griegos los oráculos secretos, ofendido por que tras la muerte de Paris a manos de Filoctetes, Príamo entrega a Helena como esposa, a Deífobo, en lugar de dársela a él. Los oráculos que debían cumplirse para la toma de Troya eran:
Que cierto hueso de Pélope debía ser llevado Troya. Agamenón envio una embajada en busca del omoplato de Pélope.
Que Neoptólemo, hijo del entonces fallecido Aquiles, debía participar en la contienda. Odiseo y Fénix acuden a la corte de Licomedes para buscar a Neoptólemo, que entonces tenia unos doce años.
Mientras el Paladio permaneciese en Troya, la ciudad seria inexpugnable. Odiseo y Diomedes se encargaron de sustraerlo. Durante el robo del Paladio, la versión más extendida relata como tras el hurto de la imagen, Odiseo intenta matar a su amigo Diomedes para llevarse todo el merito de la expedición, cosa que no consiguió.
A Odiseo se atribuyen otras acciones, como la captura de Dolón y la de Reso.
La muerte de Palamedes ha pasado a la historia como la muerte injustificada por excelencia. Fue lapidado como consecuencia de una trampa que le había preparado Odiseo, bajo la falsa acusación de traidor. El motivo de esta venganza, fue que Palamedes descubrió al héroe fingiéndose loco, para no participar en la guerra de Troya. Además durante el sitio de Troya, Palamedes acusó a Odiseo de ineptitud por no conseguir víveres en Tracia, empresa que más tarde Palamedes realizó con éxito.
Nauplio, padre de Palamedes, exigió la muerte del culpable. Como no consiguió nada, durante los años de guerra recorrió las posesiones de los caudillos ausentes, incitando al adulterio a sus esposas, comunicándoles que sus maridos durante el sitio habían tomado nuevas esposas. No contento con eso, al termino de la guerra, encendio una gigantesca hoguera que despistó a los navegantes, haciendo zozobrar muchos navíos griegos.
Se le suele atribuir a Odiseo la estratagema del caballo de Troya. Tras diez años de infructuoso asedio, los griegos construyeron un gigantesco caballo hueco, realizado en madera de pino. Tenia una escotilla en el costado y unas grandes letras talladas en las que los aqueos le dedicaban la construcción a Atenea y le pedían protección para un feliz regreso a su hogares. Entre veinte y cincuenta héroes griegos, entre los que se encontraba Odiseo, se introdujeron a través de una escala en el vientre del caballo.
El contingente griego incendio su campamento, abandonó el caballo a las puertas de Troya y se hizo la mar. No se fueron sin embargo muy lejos, anclaron sus naves frente a Ténedos. Solo Sinón, un primo de Odiseo, se quedó en tierra con el encargo de encender una hoguera como señal de regreso.
Como estaba previsto, Sinón fue apresado y soltó con tanta maestría los embustes que tenia preparados, que los troyanos acabaron por creerle.
Empezó por contar, que aunque los griegos habían robado el Paladio para una feliz toma de la ciudad, las llamas habían envuelto la imagen por tres veces. Este prodigio había sido interpretado como un mal augurio. Así que decidieron abandonar la conquista de Troya y hacer un sacrificio humano para congraciarse con la diosa.
Que el caballo había sido construido, por una exigencia de Atenea, para reparar el sacrilegio del robo del Paladio. Su tamaño gigantesco era para que los troyanos no pudieran introducirlo en la ciudad sin abrir una brecha en sus murallas, pues quien tuviese el caballo ostentaría la supremacía sobre Grecia.
Por ultimo les dijo que, la víctima elegida para el sacrificio había sido Sinón, porque al ser familiar de Palamedes, Odiseo le odiaba. Pero una súbdita brisa favorable, hizo que los griegos embarcasen precipitadamente y que él pudiera escapar.
Los troyanos pidieron a Laocoonte, un sacerdote de Apolo Timbreo que había acusado a Sinón de mentiroso, que invocase a Poseidón para que una tempestad destruyese la flota aquea. Pero Laocoonte había incurrido en la ira de los dioses casándose, engendrando hijos e incluso yaciendo con su esposa Antíope en el templo, a pesar de su voto de castidad. Por lo que, durante la ceremonia, Apolo envio dos enormes serpientes, llamadas Porce y Caribea, que se enroscaron en los hijos de Laocoonte, Antifante y Melanto. Al intentar salvarlos también murió Laocoonte. Tras esta señal, los troyanos no tuvieron dudas de que los dioses deseaban que se quedasen con el caballo y festejasen el fin de la guerra. Sin hacer caso de las protestas de Casandra, con enormes esfuerzos, introdujeron el caballo dentro de la ciudad.
Entrada la noche, cuando los troyanos se encontraban cansados y ebrios, Sinón abre la portezuela del caballo y enciende una luz en lo alto de la ciudad, para indicar al contingente griego que es el momento de regresar. Los griegos atacaron y tomaron la ciudad. Entre su botín Odiseo recibió las armas de Aquiles y a Hécuba, que murió lapidada por los griegos con la participación de Odiseo, a pesar de que ella le había perdonado la vida en una ocasión en la que fue descubierto dentro de la ciudad.
Con sus doce naves, Odiseo emprende la vuelta al hogar y realiza su primer desembarco en el país de los Cícones, donde toma la ciudad de Ísmaro. Solo perdonó la vida de uno de sus habitantes Marón, que en agradecimiento le regaló un vino que le fue muy útil en la tierra de los Cíclopes.
En el país de los Lotófagos, se les obsequió con el loto, un fruto exquisito que provocaba el olvido. Odiseo tuvo que llevarse a la fuerza a los marineros que lo habían probado.
Luego arribaron en la tierra de los Cíclopes. Allí Polifemo sorprendió a Odiseo y a algunos de sus compañeros dentro su gruta y los capturó taponando la entrada con una enorme piedra. Para escapar, Odiseo emborrachó a Polifemo con el vino que le había regalado Marón y después le cegó su único ojo. A los gritos de Polifemo aparecieron otros Cíclopes, pero como Odiseo le había dicho que se llamaba "Nadie", cuando los otros Cíclopes le preguntaban que le pasaba, él les respondía que le había cegado "Nadie". Por lo que pensaron estaba loco y se marcharon. Después, todos los marineros salieron colgados de la parte inferior de las ovejas que el Cíclope tenia en su cueva y a las que dejaba salir a pastar de una en una palpándoles los lomos, para que no se escapasen los prisioneros, aprovechándose de la ceguera que le habían provocado. Una vez en el barco, en un acto de orgullo, le gritó a Polifemo que había sido burlado por Odiseo de Ítaca y el Cíclope invocó a su padre, Poseidón, pidiendo que castigase al héroe. Por lo que a partir de aquel momento Odiseo se ganó el odio del dios del mar.
En Etolia, fueron agasajados por Éolo, dios del viento. Les entregó un odre que contenía los vientos, pero la tripulación pensando que se trataba de tesoros, abrió el odre. Se desencadenó una ventisca que les arrojó de nuevo a las costas de Etolia, pero avisado de la oposición de los dioses, Éolo se negó a ayudarles otra vez.
Después llegaron a la tierra de los Lestrígones, que eran antropófagos. Este pueblo, con el rey Lamo a la cabeza, destruyó once de las doce naves de Odiseo.
Luego la única nave que le quedaba a Odiseo arribó en la isla de Eea, donde la maga Circe, metamorfoseaba en animales a todos los extranjeros que llegaban a sus dominios. Con ayuda de una hierba que le da Hermes, Odiseo consigue que Circe devuelva su verdadera forma a sus compañeros. Se une a Circe, con la que tiene a Telégono.
Por consejo de Circe, acude al bosque de Perséfone para consultar al alma de Tiresias el futuro. Una vez allí, siempre según las instrucciones de Circe, sacrifica a un carnero joven y a una oveja negra. Las ánimas acuden a beber la sangre del sacrificio, pero Odiseo no les permite beber hasta que llega Tiresias. El adivino le comunica lo que le depara el futuro y después tiene tiempo de hablar con el alma de su madre, de Agamenón, de Aquiles y de otros compañeros.
Vuelve a Eea, donde le rinde honras fúnebres a Elpenor. Después parte hacia Ítaca, no sin que antes Circe le aconseje como enfrentarse a los monstruos que le esperan a lo largo del camino, las Sirenas, Escila y Caribdis.
Las Sirenas eran monstruos mitad mujeres, mitad aves, con sus cantos atraían a los marineros hasta unas rocas donde los barcos se estrellaban y los navegantes eran devorados por las Sirenas.
Odiseo, según las indicaciones de Circe, taponó los oídos de sus hombres con cera de modo que no oyeran los mágicos cantos. Solo él, que deseaba oírlas, no se les taponó, pero tomó la precaución de pedir a la tripulación que le atase fuertemente al mástil. La leyenda cuenta que tras este fracaso las Sirenas se sumergieron en el mar.
Después llegaron al estrecho de Mesina, en uno sus lados habitaba Escila, en el otro Caribdis. La primera era un monstruo con la parte superior de mujer y una parte inferior de la que le salían seis medios perros. Para evitar a Caribdis, se acercaron demasiado a Escila y el engendró consiguió capturar y devorar a seis de los hombres de Odiseo. Luego a travésaron las rocas errantes, que permanecían quietas desde que las habían logrado cruzar los Argonautas.
Arribaron en Sicilia, donde pastaban los rebaños de Helio. El adivino Tiresias, había advertido al héroe que no tocasen las vacas del sol. Sin embargo el hambre hizo que la tripulación desobedeciese a Odiseo y, mientras su jefe dormía, matasen a unas cuantas.
Cuando se hicieron de nuevo a la mar Helio se había quejado a Zeus, que como castigo les envio directos a las fauces se Caribdis. Esta ultima, provocaba un inmenso remolino que todo lo succionaba, regurgitándolo después. Solo Odiseo, que no había probado las vacas de Helio, se salvo de ser engullido. Permaneció el héroe durante nueve días asido a un trozo de mástil, navegando a la deriva.
Nuestro naufrago llegó a la isla de Ogigia, donde habitaba Calipso. Enamorada de él, lo retuvo durante años hasta que apareció Hermes con el encargo de Zeus, de que dejase partir al héroe. Con ella engendró a Nausítoo y a Nausínoo.
Por desgracia, las iras de Poseidón contra el héroe no habían cesado. El dios del mar provocó una tempestad que destrozó la embarcación de Odiseo y hubiese perecido, si no hubiera contado con la ayuda de la diosa marina Leucótea. Esta diosa, transformada en gaviota, le entregó un velo con el que Odiseo se envolvio y que le mantuvo a flote.
Desnudo y agarrado a un madero, arribó en las costas de Esqueria, la actual Corfú. Fue descubierto por Nausícaa, hija de los reyes feacios Alcínoo y Arete. Estos soberanos, compadecidos por las peripecias del héroe, enviaron un navío hasta la cercana Ítaca para llevar a Odiseo de regreso a su patria. Una vez en Ítaca, los marineros depositaron dormido a Odiseo en la paya, junto a los valiosos regalos de Alcínoo.
Poseidón molesto con los feacios por la hospitalidad que mostraron a Odiseo, convirtió al barco junto a sus tripulantes en piedra. Incluso se decía que había taponado los puertos de Esqueria, arrojando una montaña entre ellos y el mar.
Haremos ahora un alto en el camino para tratar la figura de Penélope.
La genealogía más extendida la hace hija de Icario y de la Náyade, Peribea. Existen variantes respecto a las circunstancias que desembocaron en su boda con Odiseo. En principio el héroe acudió a Esparta para pedir la mano de la hermosa Helena, pero al darse cuenta de la cantidad de competidores, renuncio a Helena solicitando en su lugar la de una sobrina de Tindáreo, Penélope. Le pudo ser concedida Penélope, en agradecimiento por el juramento que Odiseo sugirió a Tindáreo. En este juramento todos los pretendientes de Helena se comprometían proteger al elegido por la muchacha. O quizás la logró, ganando una carrera de carros en la que competían los aspirantes a la mano de Penélope.
De una forma o de otra, Icario se mostró reacio a separarse de su hija y sugirió a Odiseo que se quedase a vivir con ellos. Odiseo se negó y dejó en libertad a Penélope para elegir con quien se quedaba. La doncella guardó silencio y ocultó su rostro bajo un velo, con lo cual quedó claro que el elegido era Odiseo. Icario accedió a su partida y en aquel lugar construyó un templo dedicado al pudor.
La pareja tuvo a Telémaco, que aún era un infante cuando Odiseo se vio obligado a partir hacia Troya, atrapado por el juramento que el mismo ideó. Penélope ha permanecido en la historia como un ejemplo de fidelidad conyugal, pues esperó a su esposo durante veinte años, resistiéndose a todos sus pretendientes.
Existe un mito que da explicación a su nombre. Se supone que en principio se llamaba Arnea. Pero Nauplio, que había acudido a Ítaca para vengar la muerte de su hijo, al ver que no conseguía incitarla al adulterio, le dijo a Arnea que Odiseo había muerto. Ella desesperada se arrojó al mar, pero unos patos salvajes la mantuvieron a flote, la alimentaron y la llevaron hasta la costa. En recuerdo de este suceso, cambio el nombre de Arnea por el de Penélope, que significa "pato salvaje".
Tras la supuesta muerte de Odiseo, se instalaron en el palacio de Penélope, al menos un centenar de pretendientes que codiciaban tanto a la mujer como a las riquezas del héroe. Para obligarla a decidirse por uno de ellos, celebraban banquetes con los que estaban dilapidando las arcas del país. Penélope, para ganar tiempo, comunicó que elegiría marido el día que terminase de tejer un sudario para su suegro, Laertes. Se pasaba el día tejiendo, pero por la noche deshacía el trabajo del día. Durante tres años les entretuvo con esta ardid, hasta que una criada la traicionó.
Cuando Odiseo regresa a Ítaca, después de matar a los pretendientes, ella no le reconoce hasta que él le relata detalles sobre su noche nupcial que solo ellos conocen. Después Atenea alarga la noche para que los esposos puedan disfrutar de su mutua compañía.
Existen otras leyendas relativas a Penélope, que lejos de considerarla un modelo de fidelidad, cuentan como la esposa del héroe, se acostó con todos sus pretendientes y de estos amores habría nacido el dios Pan. En algunos mitos Penélope es desterrada por infiel. En otro Odiseo muere a manos de Telégono, un hijo habido entre Odiseo y Circe. Después Penélope contrae nuevas nupcias con Telégono y Telémaco se casa con Circe.
Nos habíamos quedado en Ítaca, con los feacios depositando en la playa a Odiseo dormido, junto a los regalos de Alcínoo y partiendo hacia la cercana Esqueria.
Tras veinte años de ausencia cuando Odiseo despertó, al principio no reconoció su país natal. Después Atenea le indica que se dirija a la casa del porquero Eumeo. Telémaco aparece en la cabaña de Eumeo y los tres se ponen de acuerdo para expulsar a los pretendientes de Penélope.
Disfrazado de mendigo, Odiseo acude a su palacio. En el camino se topa con el cabrero Melancio, que le propina un puntapié a Odiseo, por prudencia el héroe no responde. Solo su perro Argo, lo reconoce, pero muere a sus pies al verlo. Por indicación de Atenea, Odiseo se mezcla entre los pretendientes pidiendo limosna para conocer sus corazones. Ellos se burlan de él y Antínoo, le incita a luchar con el mendigo Iro, para ganarse un puesto en el banquete. Odiseo le vence de un solo golpe.
Cuando los pretendientes se retiran, Telémaco y su padre esconden las armas de la sala. Al saber que en su palacio hay un mendigo extranjero, Penélope le llama por si puede darle noticias de su esposo. Ella no le reconoce, pero si la vieja nodriza de Odiseo, Euriclea, pues descubre la cicatriz que el héroe se hizo durante una cacería con su abuelo, Autólico. Con una señal, Odiseo, le ordena que guarde silencio.
Al día siguiente, Telémaco anuncia que su madre se casará con aquel que emule una hazaña realizada por su padre tiempo atrás. La prueba consiste hacer pasar una flecha a través de doce anillos de hacha, con el arco que Ífito le regaló a Odiseo en su juventud.
Solo Odiseo logró repetir la proeza, los pretendientes ni siquiera lograron tensar el arco. Después Odiseo, Telémaco, Eumeo y Filecio se enfrentaron a los pretendientes matándoles a todos menos al heraldo Medonte y al bardo Femio. Luego Odiseo colgó a las mujeres del palacio que se habían deshonrado con los pretendientes y corto a Melancio, la nariz, las manos, los pies y los genitales arrojando los trozos a los perros.
Por fin Odiseo se reúne con Penélope y con su padre Laertes, retirado en el campo desde su partida. Pero aparecen los familiares de los pretendientes, pidiendo justicia. Surge Atenea y pone paz entre ambas partes.